Y el tiempo se nos pasó entre paraderos y autobuses,
el aire tísico que nos redime de pretéritos paisajes,
algún momento de añorada vanguardia
- como boleto efímero todo descanso futurista –
donde el alma baja en la siguiente esquina
y el ESTAR tiene colores ausentes
en una hoja blanca y garabateada.
II
Entiendo mi vida entonces
anduvo fluyendo
en un vaivén de farolas grises
(gritos-claxon’s en el Super Market)
luz verde en el amanecer-atardecer
y anochecer en las faldas de la existencia giratoria
bajo el fulgor de una luna artificial.